El día de la mujer en Palestina

No tengo por costumbre felicitar a las mujeres el día 8 de marzo, porque me parece que cada día debemos reconocer el esfuerzo y la lucha de las mujeres por conseguir y mantener sus derechos. Igual que cada día debemos demostrar a nuestro amor que le queremos sin necesidad de esperar al 14 de febrero. Las fechas señaladas me parecen un invento comercial. Está bien que conmemoremos actos importantes, pero luego que? bueno, la cuestión es que el día 8 de marzo, es el día internacional de la mujer trabajadora y este año casualmente me encontraba en Palestina en esa fecha, visitando la asociación de mujeres palestinas en Tulkarem. En cuanto llegamos, nuestro amigo Mohamad, sindicalista y de izquierdas, nos felicita el día con su amable sonrisa. Su mujer Hanan, es la presidenta de la asociación de mujeres, una mujer como tantas que luchan por nuestros derechos, pero en un mundo especialmente de hombres.

Nos encontramos a los chicos de la tele, que nos quieren entrevistar y preguntarnos sobre el día de la mujer, qué verguüenza! quién soy yo para hablar de las mujeres y su lucha, cuando estoy ante dos de las más grandes defensoras de los derechos de la mujer que he conocido nunca!
En la asociación tienen previstas actividades durante este mes, pero no hoy. Aquí no es fácil para las mujeres acudir a encuentros o actividades, las distancias son largas y siempre puedes encontrar algún impedimento, como un check-point cerrado que te haga llegar tarde o no llegar.
A pesar de las dificultades, nuestras amigas de la asociación siguen su lucha, como dice Hanan, no son grandes proyectos, ayudamos con pequeñas cosas de la vida diaria. Aquí las mujeres tienen que ser padre y madre a la vez y a veces no tienen ni un shekel para darle a sus hijos cuando van a la escuela.

En la asociación trabajan tres ejes principales de los derechos de la mujer, político, social y económico. Nos dice Rajae que no sólo trabajan con las mujeres, sino que se debe cambiar la mentalidad y la cultura de la sociedad y eso se empieza desde la escuela, con las niñas y niños. "Necesitamos cambiar el chip".

Me encanta escuchar a estas mujeres, con su energía y sus ganas de luchar y de ayudar y siempre con esa sonrisa palestina.

Me despido de ellas con un hasta pronto inchallah, porque nos unen lazos que no puede romper la distancia. Aquí y allí las mujeres debemos luchar unidas por nuestros derechos. Por cambiar nuestra sociedad, por formar parte de un mundo mas justo y mejor.




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